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> Blog >#AstronomíaDesdeCasa: La historia del Apollo 13

Desde pequeños, todos hemos oído las historias de las hazañas de los astronautas de las misiones Apolo a la Luna. Después de llegar a nuestro satélite con el Apollo 11, imaginábamos que ir a la Luna sería algo sencillo y habitual. Sin embargo, siempre hay sucesos que nos devuelven a la cruda realidad, y hacen que nos enfrentemos a los problemas que pueden surgir y que sacan lo mejor de nosotros mismos.

El 11 de abril de 1970, desde el Centro Espacial Kennedy, despegó la misión Apollo 13 a las 13:13, una misión aparentemente rutinaria. De hecho, la expectación y el interés del público y del gobierno por la misión era tan bajas que, en lugar del lanzamiento, emitieron por televisión un partido. Se pensaba que ir a la Luna era casi como ir a comprar el periódico…

La tripulación la componían James Lowel (comandante), Fred Haise (piloto del módulo lunar) y John Swigert (piloto del módulo de mando). En realidad éste último pertenecía a la tripulación suplente, y fue convocado por la NASA a última hora en lugar de Ken Mattingly, quien al parecer había estado en contacto con alguna persona enferma de rubeola, y, como no había pasado la enfermedad, se decidió su cambio para evitar que enfermara en el espacio (un problema grave con el hospital más cercano a más de 300.000 km).

Durante el lanzamiento, el motor central de cohete Saturno V dejó de funcionar, y, para compensar su empuje, decidieron que el resto de propulsores funcionaran durante más tiempo. Dado que el 13 es un número que los americanos en general detestan bastante, pensaban que ese problema sería la pega que tendría la misión. Y así, a los 13 minutos del lanzamiento entró en órbita y se dispuso para su viaje a la Luna.

Cuando se encontraban a unos 330.000 km de la Tierra, desde control central encargaron a Swigert activar el mecanismo que removía los tanques de oxígeno, algo fundamental para poder respirar y obtener energía eléctrica, y que al parecer estaba dando lecturas extrañas. Sin embargo algo fue mal y, a los 95 segundos de realizar el procedimiento, una explosión hizo temblar la nave. Poco después Swigert transmitía la famosa frase: “Houston, hemos tenido un problema aquí” (Houston, we’ve had a problem here). Aunque en principio se atribuyó a una posible colisión con un meteorito, pudieron comprobar más tarde que en realidad uno de los tanques de oxígeno había estallado. 

A partir de ese momento, los astronautas tuvieron que hacer frente a múltiples problemas derivados de la explosión: fluctuaciones de la corriente eléctrica, suministro de oxígeno, correcciones de trayectoria, bajas temperaturas, condensación sobre los interruptores, problemas de hidratación, fiebre, falta de sueño, en fin, una lista bastante larga.

El objetivo de la misión había cambiado por completo: llegar al la Luna se cambió por traer de vuelta sanos y salvos a los astronautas. Es entonces cuando volvió a resurgir el interés de los medios comunicación por la misión.

Por cierto, desde el principio de la misión, y no digamos a partir del accidente, las antenas de la estación de seguimiento de Robledo de Chavela y Fresnedillas, cerca de Madrid, dieron una cobertura fundamental en las comunicaciones de la misión, por lo que la actividad fue frenética.

Poco a poco, los astronautas y todos los técnicos e ingenieros de la NASA, fueron solucionando cada problema con el único objetivo de un retorno seguro para los tres tripulantes, que amerizaron en el Pacífico Sur, el 17 de abril, y fueron rescatados por el ISS Iwo Jima.

Si queréis más información, os recomendamos ver la película Apollo 13 o el capítulo que habla de ello en la serie ‘De la Tierra a la Luna’, además de estos dos enlace:

Carlos Coello, Planetarista del Museo de la Ciencia

Desde pequeños, todos hemos oído las historias de las hazañas de los astronautas de las misiones Apolo a la Luna. Después de llegar a nuestro satélite con el Apollo 11, imaginábamos que ir a la Luna sería algo sencillo y habitual. Sin embargo, siempre hay sucesos que nos devuelven a la cruda realidad, y hacen que nos enfrentemos a los problemas que pueden surgir y que sacan lo mejor de nosotros mismos. El 11 de abril de 1970, desde el Centro

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