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Ya estamos acabando este mes de junio tan extraño, al menos en lo climatológico: mañanas más frescas de lo habitual, fuertes vientos, cielos cubiertos y lluvias… La verdad es que nos ha despistado bastante. Se acerca el solsticio de verano, con el que da comienzo oficialmente la estación, las vacaciones escolares y las laborales para algunos adelantados.

Y el cielo también nos ofrece opciones de observación para esta última parte del mes.

Para empezar, el día 16, la Luna se sitúa en su máxima distancia a la Tierra, 405.787 km (¿recordáis lo de la famosa súper luna del 5 de mayo?), con lo que su tamaño aparente es algo menor que lo habitual, aunque imperceptible al ojo humano desnudo (si fuera luna llena, pero como es casi nueva, pues nos da lo mismo).

Al día siguiente, 17, una Luna muy pequeñita se situará cerca de la Pléyades y el planeta Júpiter. Una bonita estampa si somos capaces de conseguir una foto, y de quitarnos las legañas. Será a las 5 de la mañana.

El día 18, y a las 4 de la mañana, la Luna, casi invisible, estará cerca de Venus y la estrella Aldebarán, una estrella gigante de color anaranjado, y la principal y más brillante de la constelación zodiacal de Tauro. Si conseguís verlo, podéis daros por satisfechos. Al día siguiente es Luna Nueva.

El día 21 comienza, a las 1:09 hora oficial española, la estación del verano en el hemisferio norte y el invierno en el hemisferio sur. Ya podemos, oficialmente, disfrutar de las constelaciones y del cielo de verano.

Desde la dirección sur hacia el este, podemos observar ya en el cielo, y en zonas oscuras, la gran franja lechosa que cruza el cielo durante el verano, que es la Vía Láctea, lo que podemos ver a simple vista de nuestra propia galaxia, debido a nuestra posición dentro de ella. Cerca de su parte más brillante y a la derecha, podemos apreciar la estrella Antares, una súper gigante de color rojo (por cierto muy intenso y brillante). Es el corazón del escorpión, Scorpio, una constelación fácilmente identificable, desde las pinzas al aguijón. Al otro lado de la Vía Láctea, podemos imaginar una tetera con las estrellas principales de Sagitario. Y siguiendo la forma de la Vía Láctea, y hacia la mitad de la misma, podemos localizar tres estrellas brillantes (unas más que otras) que forman un triángulo en el cielo, y que son parte de tres constelaciones muy sencillas de encontrar: Lira, Cisne y Águila.

Si recordamos cómo encontrar la constelación del Pastor de Bueyes, podemos encontrar algunas constelaciones más. Justo a la izquierda del Boyero tenemos un semicírculo de estrellas, al Corona Boreal. En el medio de la misma podemos ver a la estrella Gemma, la más brillante de la constelación. Algo más a la izquierda y con imaginación, podremos localizar una especie de mariposa, con la que localizamos la constelación del mayor héroe de la antigüedad, Hércules.

En la próxima publicación, profundizaremos en lo que podemos observar en el cielo de verano, De momento, ya tenéis deberes que realizar.

Y recordad, si tenéis cualquier tipo de duda o pregunta sobre observación, objetos o telescopios, no dudéis en escribirnos al planetario@museocienciavalladolid.esmuseocienciavalladollid.es, o bien os esperamos en las sesiones del Planetario.

Cielos despejado y buena observación.

Planetario.