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驴Qu茅 est谩s buscando?

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RELATO #1

Hac铆a fr铆o. Aurora se acerc贸 al interruptor con el piloto rojo. Justo antes de pulsarlo le invadi贸 el recuerdo de la noche en que oy贸 por primera vez la expresi贸n 鈥渁帽os luz鈥.

Tendr铆a seis o siete a帽os. Su padre estaba ense帽谩ndole un libro con dibujos de constelaciones y pronunciando nombres que sonaban a h茅roes y gigantes, a joyas y princesas: Ori贸n, Betelgeuse, Rigel, Bellatrix鈥

-Y 茅sta es Sirio, una estrella blanca, la m谩s brillante del cielo. Est谩 a diez a帽os luz.

Al o铆r esas dos palabras, a帽os luz, le invadi贸 un sentimiento azul, fresco y veloz. Como lo que sent铆a el primer d铆a de las vacaciones del verano, al tirarse de cabeza a la poza del r铆o. A Aurora, muchas veces, se le cruzaban los sentidos, sobre todo cuando algo le produc铆a placer: el olor del caf茅 reci茅n hecho era para ella de color azul cobalto; el pan tostado le sab铆a a oro viejo; las manos 谩speras de su padre cuando la llevaba al colegio eran, claramente, del color y el aroma del tabaco.

Esa noche, cuando calcul贸 que todos estar铆an dormidos, sali贸 al balc贸n, con las palabras a帽os luz resonando en su mente, y trepando por el alfeizar de la ventana, lleg贸 al tejadillo. La noche estaba fr铆a. Se tumb贸 sobre las tejas y busc贸 un poco. Y all铆 estaba Ori贸n, con sus estrellas con nombres de h茅roes, gigantes, joyas y princesas. Y un poco m谩s abajo, como un fogonazo de luz con sabor nata, Sirio, con sus a帽os luz frescos, azules y veloces. Se qued贸 dormida. Cuando se despert贸 estaba aterida, encogida sobre las tejas. La ma帽ana siguiente la pas贸 en cama. Con fiebre.

Aurora puls贸 el interruptor con el piloto rojo. Con un ligero crujido la compuerta de la c煤pula del telescopio empez贸 a abrirse. Y al poco se le llenaron los ojos de luz de estrellas con olor a caf茅 y sabor a pan tostado, de luz con la aspereza de tabaco de las manos de su padre llev谩ndola al colegio, con el azul fresco y veloz de la zambullida en el r铆o. Con la felicidad que te inunda el pecho cuando los sue帽os llenos de a帽os luz empiezan a cumplirse.


RELATO #2

Amanece lentamente en la gran urbe. El sol asoma su 铆gneo rostro, poco a poco al principio, casi dir铆ase que con algo de temor, con reservas. Acaba de doblegar a la noche, que ya huye despavorida, y a煤n no cree a pies juntillas en su victoria.

En el s茅ptimo piso de un gran edificio, duerme tranquilamente un hombre. Su sue帽o se ve alterado, de repente, por la llamada de su despertador. Mientras se agita, pensando incluso en no levantarse, empieza 聽a escuchar las noticias del d铆a por la radio, que se ha puesto en marcha autom谩ticamente desde el propio reloj. Decidido ya a saltar de la cama, se dirige al cuarto de ba帽o, contemplando la ciudad a sus pies, que se despereza como un gato inmenso. Miles de ventanas iluminadas atestiguan que los hombres se incorporan, un d铆a m谩s, a sus tareas.

Su cuarto de ba帽o est谩 iluminado por suaves hal贸genos, que invitan al recreo y al cuidado del cuerpo, al tiempo que la vista reposa sobre los tonos blancos y acerados de la estancia. Se oye una m煤sica suave, y sobre el gran espejo que preside la habitaci贸n, se ilumina una pantalla de ordenador, incorporada al mueble, que comienza a informar a nuestro hombre sobre los avatares del mercado burs谩til y sobre su correo pendiente. Ya afeitado, se mete en la ducha de hidromasaje, que ha memorizado hace mucho tiempo las dimensiones de su cuerpo, facilitando que los m煤ltiples chorros de agua impacten con la presi贸n adecuada en los puntos necesarios.

Hay un delicioso aroma a caf茅 en la vivienda, y el murmullo de la ciudad, el abigarrado son de tantos seres humanos, de tantas historias de vida y de muerte entremezcladas, lucha por vencer al aislamiento del edificio para as铆 penetrar en su fr铆a calma interior, sin conseguirlo. La cafetera autom谩tica, programada la noche anterior, ya est谩 en silencio, y el hombre comienza a ojear las noticias de la prensa escrita en la enorme televisi贸n del sal贸n comedor, conectada a internet. Habr谩 que abrigarse, parece; el viento del norte ataca de nuevo; ser谩 cuesti贸n de elevar ligeramente la temperatura de la calefacci贸n鈥

鈥n trueno rasga el aire cruel de la ma帽ana, y la lluvia castiga, inmisericorde, las colinas cercanas. Ruge el tigre de colmillos de sable en la lejan铆a, y el hombre despierta aterrado, empapado de sudor, preso todav铆a en su reciente sue帽o. Mira sus manos en busca de todas aquellas im谩genes que contemplaba hace escasos minutos; observa a sus cong茅neres y abre la boca para dirigirles la balbuceante palabra鈥 y se echa a llorar desesperadamente ante el recuerdo imposible del futuro para铆so perdido.


RELATO #3

El Noticiario (9 febrero 2018): La inauguraci贸n de los XXIII Juegos Ol铆mpicos de Invierno que tuvo lugar ayer en Pyeongchang (Corea del Sur) sorprendi贸 a todo el mundo con su n煤mero final. Confirmando los rumores m谩s insistentes, en torno a las 21:30 (hora local), la ceremonia se detuvo y la b贸veda celeste se vio inundada por las inmensas ondas vibrantes de una aurora polar鈥 [Contin煤a en p谩gina 8]

Finanzas al d铆a (3 marzo 2018): Tras a帽os de intenso desarrollo, trabajando en estricto secreto, Auroralis Inc. ha presentado oficialmente esta ma帽ana Aurora Lux, un producto capaz de crear auroras polares en cualquier lugar del mundo y momento del d铆a. 鈥淕racias a su patentado sistema de alta energ铆a, las auroras generadas por Aurora Lux presentan una gran estabilidad y la m谩s alta definici贸n鈥, declar贸 el presidente de la compa帽铆a. 鈥淓s un producto pensado para dar un toque 煤nico a grandes eventos y festejos. Adem谩s, no produce ning煤n tipo de contaminaci贸n ac煤stica o emisiones de part铆culas, como ocurre en el caso de los convencionales fuegos artificiales鈥.

Extracto publicitario (15 noviembre 2019): 驴Quiere disfrutar de uno de los espect谩culos m谩s bellos de la Tierra sin moverse de casa? La tecnolog铆a avanzada de Aurora Lux Dom茅stica, le asegura que en breves momentos usted podr谩 conseguir una peque帽a aurora sobre su jard铆n, que se mantendr谩 durante 30 minutos garantizados para el disfrute de usted y sus invitados. Dele un toque exclusivo a sus celebraciones y deje que Aurora Lux Dom茅stica ilumine sus momentos m谩s especiales.

Viajeros (26 febrero 2025): A la vista del numeroso grupo de turistas que nos hemos congregado esta noche bajo el cielo de las Islas Svalbard, parece que las viejas Luces del Norte no han perdido su encanto. Hablamos con Ingrid Grundlist, nuestra gu铆a, y le preguntamos su opini贸n sobre la competencia que suponen las recientes recreaciones artificiales. 鈥淓n los primeros a帽os s铆 que notamos una disminuci贸n de la demanda; sin embargo, en mi opini贸n, es s贸lo una moda pasajera. Aparte de los posibles efectos medioambientales que ahora se est谩n investigando, no es algo comparable con la grandeza de una aut茅ntica aurora. Quiero decir, al final, cuando observamos una aurora boreal, lo que vemos es la energ铆a resultante de la colisi贸n entre part铆culas arrastradas desde el Sol y las de nuestra atm贸sfera, contemplamos una manifestaci贸n del universo. Y eso no se puede sustituir por un espect谩culo de luces, 驴no crees?鈥.

Amanece lentamente en la gran urbe. El sol asoma su 铆gneo rostro, poco a poco al principio, casi dir铆ase que con algo de temor, con reservas. Acaba de doblegar a la noche, que ya huye despavorida, y a煤n no cree a pies juntillas en su victoria.
En el s茅ptimo piso de un gran edificio, duerme tranquilamente un hombre. Su sue帽o se ve alterado, de repente, por la llamada de su despertador. Mientras se agita, pensando incluso en no levantarse, empieza 聽a escuchar las noticias del d铆a por la radio, que se ha puesto en marcha autom谩ticamente desde el propio reloj. Decidido ya a saltar de la cama, se dirige al cuarto de ba帽o, contemplando la ciudad a sus pies, que se despereza como un gato inmenso. Miles de ventanas iluminadas atestiguan que los hombres se incorporan, un d铆a m谩s, a sus tareas.
Su cuarto de ba帽o est谩 iluminado por suaves hal贸genos, que invitan al recreo y al cuidado del cuerpo, al tiempo que la vista reposa sobre los tonos blancos y acerados de la estancia. Se oye una m煤sica suave, y sobre el gran espejo que preside la habitaci贸n, se ilumina una pantalla de ordenador, incorporada al mueble, que comienza a informar a nuestro hombre sobre los avatares del mercado burs谩til y sobre su correo pendiente. Ya afeitado, se mete en la ducha de hidromasaje, que ha memorizado hace mucho tiempo las dimensiones de su cuerpo, facilitando que los m煤ltiples chorros de agua impacten con la presi贸n adecuada en los puntos necesarios.
Hay un delicioso aroma a caf茅 en la vivienda, y el murmullo de la ciudad, el abigarrado son de tantos seres humanos, de tantas historias de vida y de muerte entremezcladas, lucha por vencer al aislamiento del edificio para as铆 penetrar en su fr铆a calma interior, sin conseguirlo. La cafetera autom谩tica, programada la noche anterior, ya est谩 en silencio, y el hombre comienza a ojear las noticias de la prensa escrita en la enorme televisi贸n del sal贸n comedor, conectada a internet. Habr谩 que abrigarse, parece; el viento del norte ataca de nuevo; ser谩 cuesti贸n de elevar ligeramente la temperatura de la calefacci贸n鈥
鈥n trueno rasga el aire cruel de la ma帽ana, y la lluvia castiga, inmisericorde, las colinas cercanas. Ruge el tigre de colmillos de sable en la lejan铆a, y el hombre despierta aterrado, empapado de sudor, preso todav铆a en su reciente sue帽o. Mira sus manos en busca de todas aquellas im谩genes que contemplaba hace escasos minutos; observa a sus cong茅neres y abre la boca para dirigirles la balbuceante palabra鈥 y se echa a llorar desesperadamente ante el recuerdo imposible del futuro para铆so perdido.

RELATO #1 Hac铆a fr铆o. Aurora se acerc贸 al interruptor con el piloto rojo. Justo antes de pulsarlo le invadi贸 el recuerdo de la noche en que oy贸 por primera vez la expresi贸n 鈥渁帽os luz鈥. Tendr铆a seis o siete a帽os. Su padre estaba ense帽谩ndole un libro con dibujos de constelaciones y pronunciando nombres que sonaban a h茅roes y gigantes, a joyas y princesas: Ori贸n, Betelgeuse, Rigel, Bellatrix鈥 -Y 茅sta es Sirio, una estrella blanca, la m谩s brillante del cielo. Est谩 a diez a帽os luz. Al

El plazo de presentaci贸n de trabajos al V concurso de relato breve 鈥渓a Ciencia y t煤鈥 ha finalizado. Un certamen organizado por el Museo de la Ciencia de Valladolid y El Norte de Castilla que, en esta ocasi贸n, ha tenido como tema central la luz. Como novedad en esta edici贸n, el p煤blico podr谩 votar, de entre los 3  finalistas, su relato favorito, siguiendo unas sencillas instrucciones. Cada relato llevar谩 asociado un n煤mero del 1 al 3, pudiendo el p煤blico votar

Por quinto a帽o consecutivo, el Museo de la Ciencia organiza el ciclo de charlas 鈥淚ncre铆ble鈥 pero falso鈥. Una iniciativa, desarrollada gracias a la colaboraci贸n del Centro Buend铆a de la Universidad de Valladolid, que intenta desmontar, siempre desde el punto de vista cient铆fico, falsas creencias carentes de argumentos. El pasado jueves 5 de marzo, el vicerrector de Relaciones Internacionales y Extensi贸n Universitaria, Jos茅 Ram贸n Gonz谩lez Garc铆a, y la directora del Museo de la Ciencia, In茅s Rodr铆guez Hidalgo, fueron los encargados de presentar

El mes de febrero ha terminado, dando paso a marzo y su pr贸xima primavera. Un, por cierto, emocionante mes de marzo, con eclipse solar incluido. Las constelaciones que durante los meses de invierno hemos podido observar en el cielo, siguen visibles y marcando este final de estaci贸n, dando paso poco a poco a las constelaciones primaverales que nos ir谩n determinando qu茅 observar. Todav铆a Ori贸n y sus canes nos muestran el desafiante brillo de estrellas como Sirio, Betelgeuse, Rigel o Procyon. M谩s

La niebla es un fen贸meno atmosf茅rico al que los ciudadanos de Valladolid estamos bien acostumbrados. Este oto帽o-invierno est谩 siendo especialmente prol铆fico en d铆as grises, habi茅ndose contabilizado un total de 26 jornadas con presencia de brumas entre el 26 de noviembre y el 13 de enero. La niebla, cuanto es densa y persistente, como suele ocurrir en Valladolid, transforma los paisajes policrom谩ticos en una suerte de c煤pula gris que parece perseguirnos all谩 donde vayamos y que limita nuestro campo visual a

El Museo de la Ciencia de Valladolid lanza 鈥淢endelevium鈥, una APP interactiva que invita a descubrir, de una forma sencilla y atractiva, la Tabla Peri贸dica de los Elementos. El proyecto, desarrollado gracias a la financiaci贸n de la Fundaci贸n Espa帽ola para la Ciencia y la Tecnolog铆a 鈥 Ministerio de Econom铆a y Competitividad,聽es la adaptaci贸n a dispositivos m贸viles聽de la aplicaci贸n interactiva que acompa帽a a聽la Tabla Peri贸dica gigante ubicada en la Sala 鈥淟a Qu铆mica a Escena鈥 del Museo de la Ciencia de Valladolid -

Poco a poco todo llega, incluso el fr铆o que parec铆a resistirse a invadir nuestras calles y campos. Ya queda menos para el invierno, que comenzar谩 el 22 de diciembre a las 00:03, hora oficial, terminando el 20 de marzo de 2014, cuando d茅 comienzo la primavera, fecha en la que, por cierto, se producir谩 un eclipse total de Sol que se ver谩 desde Espa帽a como parcial. Por tanto este invierno durar谩 88 d铆as y 23 horas. 隆No perdamos tiempo para observar! Todos

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