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Como cada año por estas fechas los estorninos comienzan a dejarse ver en los dormideros urbanos que forman en algunos árboles. Y también como cada año,emerge la rumorología acerca de la causa de su presencia en la capital. En ocasiones se ha asegurado que todas esas aves de tonos oscuros que llegan al atardecer a los árboles de parques, plazas y jardines, son vencejos que han retrasado su partida hacia el sur. Algo que resulta imposible, ya que, entre otras características, los vencejos son incapaces de posarse en las ramas de los árboles. También se oye, y se lee de vez en cuando, que son bandadas de estorninos (esta vez acertando con la especie) que elijen estos árboles para anidar, incurriendo en un nuevo error, ya que los estorninos nidifican en huecos (foto arriba), en solitario y lo hacen en primavera. En estos días la noticia que corre es que los estorninos europeos han adelantado su migración hacia la península debido al descenso reciente de temperaturas. Nuevamente, se trata de una información que no se ajusta a la realidad.

En la Península Ibérica se distribuyen habitualmente dos especies de estornino, el negro y el pinto (foto abajo) (dejando a un lado alguna visita inusual como la de estornino rosado). Mientras que el primero ocupa el territorio peninsular durante todo el año, el segundo se distribuye principalmente por Europa, con algunas poblaciones ibéricas. Ambas especies forman dormideros invernales, a veces mixtos, en algunos árboles de las ciudades, ya que esto les reporta algunas ventajas como la nula presencia de depredadores. Sin embargo, se incurre en un nuevo error al afirmar que los dormideros que se están formando en estos días son consecuencia del adelanto de la migración de los pintos europeos, ya que este fenómeno se produce de forma escalonada desde principios del otoño, con  llegadas masivas en los meses de noviembre y diciembre. Los dormideros que se están formando actualmente, hecho absolutamente normal y coincidente con el patrón ecológico general de la especie, están constituidos por ejemplares locales de estornino negro, tanto adultos como jóvenes nacidos este año. Por tanto, aún quedan varias semanas para que los pintos comiencen a integrarse de forma generalizada en los dormideros comunales.

Si bien en algunos casos resulta un incordio, debido al ruido y los excrementos, no se trata ni de un fenómeno anormal, ni de una plaga, sino de un patrón de conducta propio de ambas especies. Los métodos para intentar disuadir a las aves son variados, desde emitir sonidos de alarma de los propios estorninos o voces de aves rapaces, hasta la poda de ramas o la utilización de aves de cetrería. Sin embargo, los resultados son poco positivos, ya que paralelamente a la dispersión de un dormidero se forman otros nuevos, cambiando de lugar y muchas veces dividiendo el problema. La emisión de voces de alarma y de rapaces tampoco surte demasiado efecto, ya que los estorninos no tardan en acostumbrarse a escucharlos y con frecuencia se posan en las inmediaciones de los altavoces. Por tanto, si bien hay que procurar que los dormideros no se ubiquen en zonas sensibles, debemos entender que se trata de algo que entra dentro de lo normal. Además, también se puede disfrutar de las evoluciones de los bandos en el aire cuando se disponen a entrar al dormidero, un verdadero espectáculo de la naturaleza a la puerta de casa.

Imágenes obtenidas de la fototeca digital del CENEAM.