Crecida del Pisuerga
Hay ocasiones en que la naturaleza hace gala de su indomabilidad聽 y nos hace ser conscientes de lo limitado de nuestro poder sobre ella. El hombre, desde que es hombre, ha intentado dominar los elementos, en unas ocasiones para sacar provecho de ellos y en otras para prevenir cat谩strofes. Las corrientes de agua han sido uno de los objetivos prioritarios, y as铆 mediante molinos, azudes, canales, acueductos, balsas, diques o embalses se ha domado, conducido y aprovechado su fuerza para moler cereales, regar cultivos, abatanar y curtir tejidos y pieles, producir energ铆a el茅ctrica, proporcionar agua a pueblos y ciudades o surtir del l铆quido elemento a los animales de ganader铆a.
Sin embargo hay momentos en que la naturaleza es imparable, en ocasiones violenta y letal y en otras 煤nicamente libre. En estos d铆as estamos viendo como el r铆o que pasa por nuestra ciudad crece sin que podamos evitarlo, inundando las m谩rgenes e inutilizando infraestructuras.
Este es el caso del peque帽o islote de 鈥淓l Palero鈥, en el que hace poco m谩s mes y medio se han llevado a cabo las segundas jornadas de voluntariado para su restauraci贸n. El r铆o ha tomado lo que es suyo por derecho y tanto una parte del islote como la pasarela de acceso al mismo, se encuentran cubiertos por las aguas. Hay que esperar a que el cauce vuelva a su ser para evaluar los da帽os, que seguro los ha habido. Pero estas cosas son as铆 y as铆 hay que tomarlas, de forma natural como la crecida del r铆o.
Sin embargo, no cesaremos en nuestro esfuerzo para restaurar el islote, devolverle su antiguo aspecto y hacer de 茅l lo que comenz贸 a ser antes de la riada, un aula a cielo abierto desde el que educar en conocimientos y valores sobre el medio que nos rodea.