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EL DECIMOTERCER HOMBRE: Elena Fern谩ndez Ortega

La alarma del reloj le record贸 a David que deb铆a conectar el monitor. En unos minutos la vieja estaci贸n LIDAR que hab铆an reconfigurado meses atr谩s para hacer un seguimiento, les ofrecer铆a la imagen de su IA yaciendo en medio del peque帽o astroblema. Era una visi贸n deprimente… a fin de cuentas, hab铆an logrado en Andrew-2 una apariencia bastante entra帽able, aunque todos supi茅semos que no era humano. Pero nadie se atrever铆a nunca a desafiar a la fan谩tica poblaci贸n que aplaud铆a euf贸rica a finales de 2022 la llegada a la luna de un digno sucesor a Eugene Cernan. Para ellos era el siguiente hombre, y as铆 lo manifestaban sin tapujos, pese a las mofas de la comunidad cient铆fica.

De cualquier forma, nada de eso ten铆a sentido ya. La misi贸n que ten铆a por objeto estudiar el aprovechamiento del Helio-3, hab铆a fracasado estrepitosamente por un error de c谩lculo, y las bater铆as de Andrew-2 estaban irreparablemente da帽adas. David conect贸 sabiendo lo que iba a ver y la inutilidad de aquel protocolo que se llevaba a cabo cada 28 d铆as. Ni siquiera mir贸 en un primer momento, estaba ordenando unos documentos de su trabajo de fin de grado y cuidando de que su caf茅 no manchase los folios. Fue despu茅s de 3 minutos cuando se percat贸 de la ausencia. 驴D贸nde estaba Andrew-2?

Las siguientes horas fueron un aut茅ntico caos de llamadas, hip贸tesis y todo tipo de comentarios en la oficina. La tranquila rutina se hab铆a roto irremediablemente y casi pod铆an palpar la excitaci贸n que lo envolv铆a todo. Las contestaciones de la NASA eran parcas, por no decir inexistentes. La ESA, por el contrario, no dejaba de llamarles para pedirles todo tipo de informaci贸n, incluso unas tablas de datos que nadie parec铆a saber en qu茅 ordenador se monitorizaban. Era como si aquella situaci贸n les recordase que la ciencia no es compasiva con quien se duerme en los laureles.

David se negaba a irse a su hora sin saber qu茅 hab铆a pasado con Andrew-2, de hecho nadie lo har铆a, y prueba de ello era que la cafeter铆a estaba vac铆a y el caf茅 se tomaba hoy arriba, en la sala de observaci贸n, mirando a nuestro precioso sat茅lite. Era una situaci贸n graciosa, porque evidentemente no iban a encontrar a Andrew de esa forma, y todos ellos, lo sab铆an. Pero no pod铆an evitar hacerlo.

Unas horas despu茅s, llegaron los datos de localizaci贸n de la IA. Hab铆a registros de actividad del LASOIS, y sab铆amos d贸nde se hab铆a perdido el rastro de Andrew-2, pero no era posible, ten铆a que haber un error. Se miraron sonriendo, pero era una risa nerviosa y nadie se atrev铆a a romper la tensi贸n verbaliz谩ndolo. Andrew-2 llevaba veinti煤n d铆as movi茅ndose dentro del cr谩ter Cabeus, yendo de los restos de la sonda LCROSS hasta el 煤nico punto en que no hay posibilidad de recoger datos de posicionamiento. 驴Qu茅 estaba haciendo Andrew y por qu茅 estaba haci茅ndolo? Y lo m谩s importante, 驴por qu茅 hab铆a dejado de comunicarse con nosotros?

El compa帽ero de la ESA lleg贸 a la oficina como era de esperar. Su agencia llevaba todo el d铆a haciendo preguntas pero a煤n no hab铆a dado una explicaci贸n de qu茅 hab铆a pasado para que la IA recobrase su energ铆a y no se activasen los protocolos de ping con la tierra. -Sabemos lo que ha sido-, dijo el delegado mostrando un documento. David lo tom贸 en su mano y ley贸 en voz alta obviando el saludo y los datos bajo el sello de la agencia.

鈥淟os ingenieros han terminado las auditor铆as previas, y concluyen que las bater铆as nunca estuvieron da帽adas, por lo que suponemos, dada la desconexi贸n local del ping y de los sistemas de comunicaci贸n con la base europea, que ha sido un intento de la IA para que le di茅semos por perdido. Llevaba meses plane谩ndolo. Est谩 construyendo algo ah铆 abajo y no sabemos qu茅 es. En los 煤ltimos datos de la cabecera, hemos decodificado una frase que no puede ser casual y que hasta ahora se hab铆a pasado por alto y dice as铆:

<Empezar茅 de cero aqu铆 y pronto ver茅is que otro mundo es posible. Corto y cierro. Firmado: Andrew-2, el decimotercer hombre que pis贸 la luna.>鈥

FIN.

EL DECIMOTERCER HOMBRE: Elena Fern谩ndez Ortega La alarma del reloj le record贸 a David que deb铆a conectar el monitor. En unos minutos la vieja estaci贸n LIDAR que hab铆an reconfigurado meses atr谩s para hacer un seguimiento, les ofrecer铆a la imagen de su IA yaciendo en medio del peque帽o astroblema. Era una visi贸n deprimente

UN SUE脩O, UNA MUJER: Catalina Sagarra Mart铆n No pens茅 que ese 20 de julio de 1969 me marcase para toda la vida y me crease un sue帽o que estoy a punto de cumplir. Y es que ese 20 de julio no fue un d铆a cualquiera. Recuerdo que llevaba algunos d铆as oyendo en la radio alguna noticia sobre una expedici贸n a la luna. Aquella ma帽ana del 20 de julio me levant茅 como todos los d铆as, fui a desayunar y fue entonces cuando encontr茅 a todos

Esta sala, que responde al nombre de uno de los neur贸logos espa帽oles m谩s importantes de la historia, el vallisoletano P铆o del R铆o Hortega, consta de 14 m贸dulos interactivos que permiten al visitante entender qu茅 es, de qu茅 se ocupa y c贸mo funciona el sistema nervioso. Un mapa del cerebro, el pasillo de los sentidos, una reproducci贸n de la cabeza de Phineas Gage o diferentes juegos de memoria son s贸lo algunos de los recursos que ofrece la sala. Un espacio, completamente interactivo,

Elemento b谩sico del cerebro y del sistema nervioso, la neurona tiene su propio espacio dentro del Museo. Estructurada en torno a cuatro 谩mbitos y 16 m贸dulos interactivos, esta sala descubre al visitante c贸mo es una neurona, c贸mo funciona y cu谩les son sus caracter铆sticas principales. Adem谩s, este espacio muestra  cu谩les son las propiedades del sistema nervioso de distintos animales 鈥揷omo las medusas, tiburones o mariposas-; as铆 como las funciones y disfunciones del cerebro humano.   La 煤ltima parte de la sala est谩 dedicada a

Espacio interactivo, patrocinado por Gas Natural Fenosa, en el que los visitantes podr谩n ampliar sus conocimientos sobre los combustibles f贸siles, las energ铆as renovables y convencionales, el gas natural, la electricidad y el desarrollo sostenible.   La sala tambi茅n proporciona informaci贸n acerca del cambio clim谩tico, y ofrece  consejos para fomentar el ahorro energ茅tico, adem谩s de invitar al visitante a comprobar, de forma objetiva, las caracter铆sticas de cada tipo de energ铆a.    Asimismo, la exposici贸n cuenta con un espacio 鈥榩lay zone鈥, con juegos y tests interactivos

Sala, patrocinada por Aquavall, que cuenta con un espacio de 400 m虏, cuyo objetivo es concienciar al visitante sobre la importancia del agua para la vida y la necesidad de ahorro del l铆quido transparente; a la vez que trasladar conocimientos claros y precisos acerca de sus diferentes aspectos.   驴C贸mo funcionan las esclusas? 驴Cu谩l es el mecanismo del Tornillo de Arqu铆medes? 驴Qu茅 porcentaje del peso corporal humano representa el agua? 驴Por qu茅 la Tierra deber铆a llamarse 鈥楶laneta agua鈥? 驴Qu茅 cantidad de agua pierde

La isla de 'El Palero' se encuentra situada en las inmediaciones del Museo de la Ciencia. Dada su ubicaci贸n y potencial como espacio natural urbano, se erige como un elemento definitivo del entorno, perfectamente integrado en nuestras instalaciones gracias a este observatorio. Un punto 煤nico desde el que poder divisar su extensa variedad de flora y fauna, con el fin de darle un aprovechamiento educativo y cient铆fico.

Espacio que responde al af谩n did谩ctico del Museo, y que cuenta con un laboratorio qu铆mico-biol贸gico, y un 谩rea dedicada a la moliner铆a harinera tradicional. Actividad, 茅sta 煤ltima, que entronca con la funci贸n original del edificio m谩s representativo de todo el complejo cultural, la antigua f谩brica de harinas 'El Palero'.   Esta sala s贸lo est谩 abierta para centros escolares, bajo reserva previa; as铆 como en determinados talleres organizados por el Museo de la Ciencia.

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