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Sapo partero común

Sapo partero común, una especie singular

En Valladolid hay una zona de presencia inusual de una especie de anfibio denominada sapo partero común (Alytes obstretricans). Este área es el Parque Alameda. En un pequeño estanque con forma de riachuelo artificial se pueden observar cientos de renacuajos nadando en sus aguas. Los adultos, en cambio, son mucho más difíciles de observar.

Este sapo se puede encontrar en gran parte de la Península Ibérica, sobre todo en zonas de alta pluviosidad y en toda Castilla y León. También ocupa diversas zonas de Europa occidental.

Otra especie muy frecuente de sapo partero que también se puede encontrar en la península ibérica es el sapo partero ibérico (Alytes cisternasii), el cual se diferencia del común en que este presenta dos tubérculos palmares en las patas anteriores, mientras que el común presenta tres tubérculos.

Los sapos parteros se caracterizan por ser pequeños, no soliendo sobrepasar los 5 centímetros de longitud, con los ojos saltones, pupila vertical e iris dorado con reticulado negro. Sobre la coloración clara del dorso, extremidades y parte superior de los ojos, es frecuente que aparezcan gránulos anaranjados, lo que puede servirnos para identificar la especie. Además, en la parte central del dorso habitualmente aparece una mancha clara en forma de V invertida.

Frecuentemente despliega su actividad durante la noche, aunque en días nublados puede estar activo durante el día, y vuelve a buscar refugio antes del alba. En las horas de luz permanece oculto en madrigueras excavadas por él mismo o en cavidades naturales. En la época de reproducción los machos acarrean la puesta enrollada en sus patas traseras (algo característico de esta especie, ya que no depositan los huevos en el agua), permaneciendo ocultos en madrigueras con condiciones apropiadas de temperatura y humedad para la conservación de los huevos.

La época reproductiva varía en función del área geográfica. En zonas con gran estacionalidad (como zonas de alta montaña) comienza a final del invierno, alargándose hasta el inicio del verano. En zonas más bajas, el período reproductor es mucho más prolongado, pudiéndose observar machos con huevos durante casi todo el año. Las hembras realizan una sola puesta al año en zonas de montaña, mientras que en zonas más bajas pueden realizar dos o tres en este mismo período.

Otra característica particular de esta especie son los cantos que realizan los machos desde sus guaridas antes de la puesta de sol y que suponen una llamada de apareamiento. Estos empiezan a cantar desde el primer año de vida.

Cantan fuera de su refugio solo con temperaturas superiores a unos 13oC. A temperaturas más bajas (incluso hasta 0oC) los machos cantan desde este, donde pueden llegar a aparearse. Muchas veces seleccionan lugares elevados y despejados (como taludes) para cantar, aunque otras veces lo hacen semi-escondidos entre raíces o entre la vegetación. También se forman coros al cantar varios machos juntos, aunque a veces cantan de forma aislada.

En el siguiente enlace se puede escuchar este canto característico.

Recientemente, en la casa del río hemos incorporado algunos ejemplares de renacuajos para realizar algunos ensayos sobre alimentación  y crecimiento.  

Sara Gómez Carrión,
alumna en prácticas de la Facultad de Biología de la USAL

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