Qué ver en el cielo el mes de enero
¡¡FELIZ AÑO A TODOS!!
Comenzamos un nuevo año con nuevas expectativas, ganas e ilusiones…. y con un buen panorama en cuanto a lo astronómico se refiere. Por de pronto, podremos observar dos cometas a lo largo del año, uno en primavera, y otro en noviembre. El primero se llama C/2011 L4 Pan-STARRS, llamado asà por el Telescopio de monitorización panorámica y sistema de respuesta rápida (en inglés), y será uno de los más brillantes de los últimos años. Quizás serÃa el cometa de 2013, si no fuera porque habrá otro, teóricamente, más brillante, teóricamente: C/2012 S1 ISON (Red Internacional de Observadores del Cielo, de la que forma parte España). Este cometa será, seguramente, comparable a alguno de los grandes cometas de los últimos años como McNaught, Elenin, o incluso al Gran Cometa de 1680.
Pero vamos a ir paso a paso.
Enero ha comenzado, el dÃa 2, con la Tierra en su posición más cercana al Sol (perihelio), situándose a 147.1 millones de kilómetros, o lo que es lo mismo, 0.983290 UA (Unidad Astronómica: distancia media Tierra – Sol, unos 150 millones de kilómetros). Eso no influye en el calor que recibimos, ya que lo importante es la inclinación de los rayos solares.
Al dÃa siguiente, el 3 de enero, tenemos el máximo de la lluvia de estrellas llamada Cuadrántidas, de la que se esperan hasta 120 meteoros/hora (THZ), pero serán débiles en su mayor parte y sólo visibles en zonas oscuras y hasta que la Luna haga acto de presencia en el cielo. Entonces podremos volvernos a casa…..
Por cierto, la Luna ocupará durante este mes diversas posiciones cercanas a varios objetos celestes dignos de observar: el dÃa 5 cerca de Spica (principal de Virgo), el 7 cerca de Saturno, el 9 cerca de Antares, el 10 cerca de Venus (tan sólo una pequeña parte de la Luna), el 21 cerca de las Pléyades, y el 22 cerca de Júpiter y Aldebarán.
Comentábamos el pasado mes, que la constelación reina del invierno es Orión. Esta constelación representa en el mito griego, a un gigante cazador, uno de los mejores de la mitologÃa griega, capaz de rivalizar con la diosa Artemisa (Diana para los romanos). En el mito, Orión estaba enamorado de una de las siete hermanas consagradas como vÃrgenes a la diosa Artemisa. Cierto dÃa que Orión caminaba por el campo, se encontró con un pequeño lago en el que las hermanas se estaban bañando desnudas. Ante esta visión, Orión, enajedado, fue a por ellas. Al ver a Orión fuera de sÃ, las jóvenes huyeron al templo, pero como Orión era un gigante, avanzaba más rápido que las jóvenes. Las hermanas se encontraron entonces con un toro al que pidieron ayuda para poder refugiarse, y el toro se interpuso en el camino de Orión, comenzando una pelea tremenda, que terminó con la victoria de Orión. Este tiempo fue aprovechado por las hermanas para llegar al templo y rezar a la diosa para que las liberase del ataque de Orión. A Artemisa se le ocurrió entonces convertir a las siete hermanas en palomas que fueron volando hacia el cielo, donde se quedaron como el conjunto de estrellas de las Pléyades (palomas, en Griego).
Al ver la acción de la diosa, Orión se da cuenta de lo que habÃa hecho y, muy triste y desconsolado, regresó a casa sin fijarse en dónde pisaba, con tan mala fortuna que pisó un pequeño escorpión que, antes de morir, le picó en el talón y le mató.
Para recordar el gran cazador que fue, Zeus colocó en el cielo a Orión como constelación, junto a sus preciados perros de caza y su presa favorita. También situó al toro (Tauro) por su valor, cerca de las Pléyades. Y también al único ser capaz de matar a Orión, el escorpión, Escorpio. Pero como Zeus no querÃa discusiones entre las constelaciones, colocó a Orión y Escorpio en partes opuestas del cielo; asà que cuando se ve uno no se ve el otro, por lo que Orión es la reina del invierno, mientras que Escorpio lo es del verano.
Podemos situar los perros de caza de Orión de forma sencilla. Tiene dos perros de caza, uno más grande y otro más pequeño. Al más grande, por comparación, le llamaremos Can Mayor . Para localizarle nos fijamos en el cinturón de Orión (las tres marÃas) y seguimos la lÃnea que forma hacia la izquierda y abajo, donde llegaremos a la estrella más brillante de la constelación, Sirio, y también la más brillante de todo el cielo. Brilla con diferencia más que ninguna otra, por lo que se localiza sin dificultad. La forma de perro es sencilla porque es tal cual, Sirio está ubicado en lo que serÃa el collar del perro.
El Can Menor se sitúa también a la izquierda y por encima del Can Mayor, a la altura de la estrella Betelgeuse de Orión. Tan sólo posee dos estrellas, por lo que a veces también se le denomina, en broma, Can MÃnimo, ya que dos estrellas es la mÃnima cantidad exigible para formar una constelación. En ésta destaca la estrella principal Procyon, la octava estrella más brillante del cielo. Forma con Sirio y Betelgeuse el llamado ‘Triángulo de Invierno’, un triángulo casi equilátero.
Como curiosidad, Sirio era venerada por lo antiguos egipcios como Isis, y su observación en el cielo por el horizonte oeste, antes de la salida del Sol, marcaba la época de la crecida del Nilo, por lo que el faraón podÃa realizar su montaje para ordenar al Nilo que creciera. Sirio aparece desde muy antiguo en la mitologa egipcia y de otras culturas, debido a su brillo caracterÃstico y destacado.
Por otro lado, podéis seguir observando los objetos que el mes pasado os recomendábamos, ya que todavÃa se pueden observar con facilidad. Sólo os comentaremos una cosa de la Nebulosa de Orión . A simple vista ya os contamos que se puede ver como un elemento borroso y muy poco brillante en la zona del puñal de Orión, y siempre alejados de zonas de luz. Sin embargo, ya con unos prismáticos, podemos apreciar una zona central brillante (que es la zona de formación de estrellas), y dos brazos que se abren formando algo parecido a un abanico abierto. Con pequeños telescopios podemos ver algo más de la zona central y la nube de gas, apreciando en la zona brillante la presencia de cuatro estrellas llamadas “El Trapecio, nombre relativo a su forma. Y con telescopios más grandes, podemos ver mejor los filamentos de la nube de gas, y las zonas más o menos brillantes… Una maravilla. El próximo mes aumentaremos la lista.
Tened presente que el frÃo, aunque sea un incordio por la ropa que debemos utilizar, siempre nos permite ver mejor el cielo. Por cierto, ya sabéis qué pedir por Reyes……
Y recordad, si tenéis cualquier tipo de duda o pregunta sobre observación, objetos o telescopios, no dudéis en escribirnos al planetario@museocienciavalladolid.esmuseocienciavalladolid.es, o bien os esperamos en las sesiones del Planetario.
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