¿Operación bikini… en Júpiter?
Hola a tod@museocienciavalladolid.ess,
ya está llegando la época del calor (que no el calor), y los preparativos para las vacaciones: que si el viaje, el hotel, los bronceadores, los flotadores delos niños… También muchos han empazado con la consabida «operación bikini», para que no resulten tan visibles los efectos del descuÃdo corporal que que padecemos durante el resto del año (salvo después de Navidades, por aquello de los remordimientos por lo ingerido…). Intentamos estar presentables, todo lo fÃsicamente agradables que podemos, y tratamos de quitarnos esos «michelines» que tanto impresionan y afean nuestro cuerpo.
¿Qué tiene que ver con Júpiter? Evidentemente es todo una metáfora.
Como casi todo el mundo sabe, Júpiter es el planeta más grande del Sistema Solar, un gigante gasesoso con el doble de masa que la suma de las masas del resto de planetas de nuestro Sistema Solar (en esta proporción, el añadir o no Plutón es algo insignificante, asà que, aunque oficialmente no, si os hace ilusión, pues vale). Refleja, entonces, una gran cantidad de luz solar, y, como no está demasiado lejos, aparece ante nosotros, en estos dÃas, como un gran punto brillante anaranjado en el cielo poco antes del amancer, algo menos brillante que Venus, que se ve al atardecer. Es el cuarto objeto natural más brillante del cielo.
Al ser un planeta gaseoso, su atmósfera se compone de varias capas de compuestos, que forman nubes de diferentes formas. Para un observador aficionado (o amateur, como prefiráis), Júpiter aparece dividido por una serie de bandas (o si lo preferÃs podéis llamarlas «michelines») con diversas tonalidades. Dos de estas bandas, la Banda Ecuatorial Norte (NEB, en inglés) y la Banda Ecuatorial Sur (SEB), son especialmente visibles ya que sus tonalidades son más oscuras, hacia tonos marrones, por lo que se las puede ver con mayor claridad que al resto. Además, en la Sur (SEB) se encuentra uno de los objetos más caracterÃsticos de Júpiter, la Gran Mancha Roja, un tremendo huracán con un tamaño de casi tres Tierras, y vientos de unos 400 km/h. Cada 3-15 años, la SEB se divide en dos bandas, con lo que a nuestros ojos «desaparece» («adelgaza» uno de sus michelines) en una rápida evolución para, unas semanas después, volver a «aparecer». Durante el tiempo que desaparece, la Gran Mancha Roja adquiere protagonismo, ya que se vuelve algo más oscura y resalta sobre el fondo. Los astrónomos aficionados podemos tratar de observar esta evolución (ya sabéis que dependemos del estado del tiempo, y las previsiones no son muy buenas que digamos).
Asà que si queréis hacer la «operación bikini» o lo que sea que hagáis, intentad al menos, que no os pase como a Júpiter, y que esos «michelines» no vuelvan a aparecer.
Os esperamos por el Museo y el Planetario. Cielos despejado y horizontes limpios para todos.