‘No tan elemental, Watson’, de Lara Magdaleno Huertas
RELATO GANADOR CATEGOR脥A GENERAL, 12潞 CONCURSO ‘CIENCIA Y T脷: CIENCIA A BORDO DE UN TREN’
Recib铆 la llamada de mi colega, James Watson, aquella tarde cuando a煤n trabajaba en el laboratorio. Estaba exaltado y nervioso, tanto que no me escuch贸 responder al tel茅fono.
-驴Est谩 usted ah铆, Crick?- pregunt贸 alterado
-鈥淓lemental, querido Watson鈥- respond铆 con mi habitual chascarrillo- 驴qui茅n si no le habr铆a respondido a estas horas de la tarde, sino un fiel colaborador entregado a la ciencia?
Pero Watson hizo caso omiso a mis palabras y acapar贸 la conversaci贸n explicando sus 煤ltimos descubrimientos, saltando de una hip贸tesis a otra como solo 茅l sab铆a hacerlo. Casi hab铆a dejado de escucharle mientras recog铆a mis apuntes cuando una frase me devolvi贸 a la llamada. 驴Watson me propon铆a hacer un viaje ahora que est谩bamos a punto de publicar unas conclusiones acerca de los datos obtenidos tras utilizar las t茅cnicas de difracci贸n de los rayos X, propuestas por Maurice Wilkins? 驴Se hab铆a vuelto loco? 驴Y cu谩l era el destino del viaje, si era posible saberlo?
-Oh, bueno, el destino es lo de menos- argument贸 distra铆do- lo importante es tener tiempo para pensar con perspectiva. Necesito pensar en movimiento.
-驴Pensar en movimiento? 驴Y cu谩l ser谩 nuestro 鈥渆spacio-tiempo鈥?- pregunt茅 intentando que captara la iron铆a en mis palabras acerca de la teor铆a de la relatividad.
Si las capt贸 o no, no puedo decirlo pero su respuesta me dej贸 at贸nito: 铆bamos a viajar en el famoso Transiberiano. Las condiciones de viaje eran inmejorables, un departamento en el que nadie nos molestar铆a (no como en Cavendish donde cada semana deb铆amos atender a unos cuantos bur贸cratas a los que justificar los altos presupuestos que manej谩bamos) y cientos de horas y de kil贸metros para dejar vagar nuestra vista y nuestra mente con el objetivo de unir todas aquellas piezas que compon铆an nuestras teor铆as de trabajo.
Huelga decir que la idea me pareci贸 absurda y descabellada pero acced铆, m谩s pensando en un descanso alejado de los pasillos del laboratorio que en definir una teor铆a a bordo de un tren.
Llegamos a Mosc煤 sin complicaciones apenas una semana despu茅s de aquella conversaci贸n y nos dirigimos a la estaci贸n de Yaroslavsky, la m谩s concurrida de las nueve estaciones de la ciudad y origen de nuestro viaje. Not茅 a Watson distra铆do antes de subir al tren y lo achaqu茅 al estr茅s que padec铆a en los 煤ltimos meses, preocupado por mostrar resultados a la comunidad cient铆fica.
El viaje transcurri贸 con tranquilidad y dedicamos parte de nuestro tiempo a atender asuntos personales relegados a un segundo plano, como escribir cartas, leer, dibujar o simplemente admirar el paisaje pero al llegar a la ciudad de Krasnoyarsk nos percatamos de que el tren permanec铆a detenido m谩s tiempo del habitual.
Watson parec铆a aquel d铆a especialmente ausente y casi dir铆a que apenas se dio cuenta del contratiempo que sufr铆amos de modo que decid铆 averiguar qu茅 ocurr铆a. Me baj茅 del tren y enseguida lleg贸 el interventor a pedirme que volviera a mi compartimento. Al parecer a apenas un kil贸metro de la estaci贸n una detonaci贸n hab铆a destrozado el trazado ferroviario y el tren no pod铆a continuar.
Me disgust茅 y preocup茅 a partes iguales y corr铆 al tren a informar a Watson de lo sucedido pero no le encontr茅. Recorr铆 el vag贸n entero con preocupaci贸n. Sent铆a un ahogo creciente y tuve que abrir una ventana para poder despejarme con aquel aire extremadamente fr铆o. Entonces le vi. Su silueta inconfundible se alejaba siguiendo las v铆as. Salt茅 del tren de inmediato y le segu铆 gritando su nombre, pero 茅l no me o铆a. Cuando le alcanc茅 se hab铆a detenido y observaba las v铆as, aquellas vigas de hierro paralelas, que en un determinado momento se elevaban del suelo conformando un amasijo de hierros.
Le zarande茅 para sacarle de su enso帽aci贸n y le grit茅
-隆Watson! 驴Qu茅 le sucede?
Me mir贸 asombrado y se帽al贸 de nuevo al revoltijo de v铆as.
-驴Es que no lo ve? 鈥 pregunt贸 asombrado- 隆es una estructura perfecta! Vea las v铆as, imagine que son columnas de az煤car fosfato鈥ire las traviesas, imagine que son Adenina, Guanina, Citosina y Timina鈥
Me mir贸 extasiado antes de concluir su explicaci贸n
-No lo ve铆amos porque lo imagin谩bamos plano, como las v铆as鈥ero vea, este amasijo de hierros le muestra una estructura perfecta: la estructura de doble h茅lice del ADN. Querido Crick, 隆hemos hecho historia!