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«Descubriendo el cielo en el Hemisferio Sur» (II)

Orientación polo sur

Orientación polo sur

Existen dos formas de utilizar esta constelación para orientarse. Una consiste en prolongar la longitud del eje mayor de la cruz 4,5 veces y después imaginar una línea que desciende verticalmente hacia el horizonte, donde encontramos el polo sur.

La segunda manera consiste en imaginar una línea que une las estrellas α y β de centauri. Después se traza la mediatriz de esta línea y se alarga hasta cruzarse con la prolongación del eje mayor de la Cruz del sur. Desde el punto de unión de estas dos líneas se traza una vertical que nos indica la situación del polo sur.

Según la posición geográfica en que nos encontremos, se puede observar que cambia el trayecto del movimiento aparente de las estrellas. Este supuesto movimiento no es real, ya que se debe a la percepción que todos tenemos debido al movimiento de rotación terrestre y no a la presunta movilidad del sol y otras estrellas, que permanecen prácticamente fijas en el firmamento.


Las estrellas que ve un observador ubicado en uno de los polos terrestres (norte o sur) nunca desaparecen y siempre giran paralelamente al horizonte. Sin embargo, para un observador situado en el ecuador terrestre, las estrellas salen y desaparecen perpendicularmente al horizonte. Así como la trayectoria de las estrellas es diferente de una latitud a otra, también lo son las constelaciones que se pueden ver.


Imaginemos que nos encontramos en la latitud de Río de Janeiro, ¿qué podemos ver ahí en el mes de agosto? Esta increíble ciudad está situada cerca del trópico de capricornio, debajo del ecuador terrestre, a una latitud de 22° 54’ Sur aproximadamente. En esta posición la trayectoria de las estrellas no es ni completamente paralela ni completamente perpendicular al horizonte. Además, debido a su situación podemos observar tanto constelaciones del hemisferio sur, como algunas del norte.

Si dirigimos nuestra mirada al norte, muy cerca del horizonte vamos a ver las constelaciones del Boyero, Hércules, Lira y Cisne, situadas muy próximas entre ellas. Unas horas más tarde, ya de madrugada, aparecerá la constelación de Pegaso. Entre las constelaciones del sur se puede observar la Cruz del sur, la más pequeña con apenas 5 estrellas, pero la más importante y fácil de identificar.


La constelación de Centauro, cuya forma es un tanto complicada, se sitúa justo por encima de la Cruz del Sur, y representa una criatura con patas de caballo y cabeza de hombre. Justo al lado de Centauro se encuentra el Triángulo Austral, poco conocido pero fácil de identificar, pues está formado por 3 estrellas bastante brillantes. Cerca del Cenit (Zenith es el punto más alto del cielo) está Escorpio, una de las 12 constelaciones del zodíaco, también muy fácil de reconocer por su forma que se asemeja considerablemente a un escorpión con la cola preparada para el ataque. En el mes de agosto también podremos observar algún planeta como Venus, que aparece después de la puesta de sol ligeramente por encima del horizonte, y Saturno un poco más arriba y algo más tarde, cuando ha oscurecido completamente. Con un telescopio también podremos ver, muy cerca de la cola del escorpión, el cúmulo abierto M6, conocido por Cúmulo de la Mariposa por su semejanza con estos insectos. Asimismo, se puede observar el precioso cúmulo de estrellas llamado El joyero, en la constelación de la Cruz del Sur, con estrellas que presentan una gran variedad de colores como si fueran joyas. En esta misma constelación se encuentra el Saco de carbón, una nebulosa muy oscura que puede ser vista como una mancha negra en unos de los brazos de la Vía Láctea, incluso sin telescopio.


Allis Thuany Botelho de Freitas

Becaria del Cnpq- Brasil y estudiante de Física

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